
De la psicología de los casi 300 ladrones entrevistados surgieron prototipos de chaquetas y pantalones femeninos y masculinos con bolsillos en lugares improbables, bolsos con refuerzos invisibles, casas que no llaman la atención de los ladrones y sillas y mesas para locales públicos con accesorios que permiten resguardar la cartera sin perder el "atractivo" diseño.
"El principal problema de seguridad pública es el pequeño delito, que llena las comisarías y es la escuela del delincuente; con pequeñas alteraciones se va creando una línea de productos industrializados más inmunizados contra la criminalidad", dice el policía.
El concepto "diseño contra el crimen" ha sido altamente desarrollado en universidades británicas, y los brasileños querían una versión más adaptada a la psicología y necesidades latinas.
"Conocimos ese proyecto de la policía y vimos que era una oportunidad para transferir ese conocimiento de forma práctica a la industria", explica a AFP el coordinador del proyecto escolar, Amilcar Badotti Garcia.
La fabricación de los productos está siendo negociada con varias industrias y dos libros que surgieron de la investigación, 'Arquitectura contra el crimen' y 'Diseño contra el crimen' recibieron peticiones de traducción y son objeto de seminarios regulares en academias de policía en Brasil y Argentina.
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