
Pues cuando vean lo que tardamos nosotros...
Martin Schauder, un policía de 44 años de la ciudad de Münster (Alemania) consideraba que ponerse y quitarse el uniforme también formaba parte de su trabajo.
Así, se puso a echar cuentas. Todos los días invertía 15 minutos en ponerse todo el uniforme (que si camisa, botas, gorra, porra, esposas, arma…) y otros 15 en quitárselo. Multiplicó por el tiempo que llevaba de servicio… y obtuvo un total de 45 horas que consideró “extras” y no pagadas.
El agente Schauder peleó con sus superiores para tratar de obtener una compensación, ya fuese como paga o como tiempo de descanso. Sin embargo estos no le hicieron ni caso.
Así que Martin, conocedor de la ley, acudió a un tribunal que ha acabado fallando a su favor. De este modo puede gozar de una merecida semana de más de vacaciones.
Pero claro, estas cosas sólo suceden en Alemania. Intenta hacer eso por estos lares…
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