Un Gendarme, un Carabinelli y un Guardia Civil de baja médica matan el tiempo en un bar de Comandancia jugando al dominó. A eso que entra un hombre de unos 30 años, con pelo largo y barba, delgado y demacrado, por lo que estos agentes se ponen a comentar la apariencia de aquel hombre. Al rato el Carabinelli salta emocionado diciéndole a los otros que aquel que había entrado se trataba de Jesucristo. Los otros se rieron, pero el italiano seguía aseverando que él era muy religioso y que estaba totalmente convencido de ello. Por ello se levanta, se va hacia Él y le dice: Tú eres Jesucristo, ¿verdad?, lo cual le responde: Sí, pero no me descubras, que he venido a la Tierra para ver por qué hay tanto ateísmo. El Carabinelli le pide que por favor le quite la hernia que sufre para volver pronto al servicio en el Cuerpo, a lo que Jesucristo , tocándole la espalda se la cura. El italiano, muy feliz va en busca de los otros dos y, además de presumir por haber descubierto la identidad de aquel hombre, ya estaba curado para su vuelta al servicio. El Gendarme sin tardanza se acerca también a que le sanara un problema de la rodilla por el que estaba de baja y se la cura, corriendo a ponerse el uniforme de nuevo.
Después de un buen rato, Jesucristo se extraña del por qué el Guardia no había acudido a Él y, creyendo que era uno de los casos de ateísmo que iba buscando,decidió aproximarse a la mesa donde estaba el español y al verlo éste le grita rápidamente:
¡EH, EH! ¡A MI NO TE ME ACERQUES QUE YO ESTOY MUY BIEN DE BAJA, EH!
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